Masuno en Escena
Viernes 10, 17 y 24 de Febrero de 2012. El Molino Rojo en La Tabacalera, Madrid.
C/Embajadores, 53.
Reúne para este fin a más de quince artistas procedentes de la música y las artes escénicas que se sumergirán en el impredecible abismo de la improvisación.
La “Conducción” (improvisación/interpretación dirigida) proviene del ámbito musical y consiste en un vocabulario de signos ideográficos y gestos, empleado para modificar o construir arreglos o composiciones musicales en tiempo real. En este caso va dirigida a la construcción de composiciones escénicas.
Viernes 10, 21h.
Le Bal des Vivantes
Trabajo en proceso de Sophie Dubs y Peter Memmer.
Viernes 17, 21h.
Ana Crouseilles (conductora)
Nines Martin, Lucía Marote, Mamen Agüera, Pau Colera, Almudena Rubiato, Antonio Dueñas, Rut Castronuovo, Tania Garrido.
Viernes 24, 21h.
Eva Sanz, Maite Larrañeta, David León, Gonzalo Maestre, Germán de la Riva, María Cruz Planchuelo, Antonio Ramírez-Stabivo, Paula Lafuente, Almudena Rubiato.
El sistema de la “conducción”, creado y desarrollado por el director y compositor norteamericano Lawrence D. “Butch” Morris, nació del deseo y la necesidad de interacción y o/creación de un diálogo improvisatorio espontáneo entre un director, la música, los músicos y el medio en que tiene lugar la conducción.
No hay partituras a las que seguir o leer. Sólo están el director y los músicos en una intensa y estrecha relación que hace que la música se vaya lanzando sobre la marcha con la participación de todos. La conducción es un proceso y un objeto a la vez, es un trabajo de equipo. Es una música hecha de historias personales y por personas concretas. No es una música limitada a un estilo o categoría. No es jazz, blues, pop, clásica, improvisación, rock, etc. aunque puede abarcar todas estas categorías.
Es responsabilidad del director dar forma y organizar la síntesis sonora resultante de la participación de los músicos. La personalidad de los músicos queda siempre reflejada en la música. Incluso cuando un músico no está activo tocando, sí que está activo escuchando y pensando en su aportación al grupo. Y hace falta que todo el mundo responda siempre a lo que uno (cree que) escucha, ve y/o comprende.
La conducción es un método para hacer música de grupo, sumando las individualidades en un todo más rico. Es un vocabulario abierto a la interpretación y a la creatividad personales.